sábado, 17 de septiembre de 2011

Concepto de estrés. Historia y concepciones teóricas. Efectos sobre nuestra salud.



El estrés ha sido definido por Hans Seyle en 1956, como una respuesta no específica del organismo ante cualquier estímulo o situación amenazante. Esta respuesta de estrés, prepara al organismo para luchar o huir. “La glucosa … se pone en movimiento desde sus zonas de almacenamiento. La sangre, que transporta oxígeno y la glucosa, se desvía de los órganos no esenciales para le ejercicio físico, tales como la piel y los intestinos, y se dirige rápidamente hacia los órganos cruciales: corazón, músculos esqueléticos y cerebro. Simultáneamente se potencian los procesos de cognición y se disminuye la percepción del dolor. Las actividades fisiológicas que no comportan un beneficio inmediato se aplazan; se inhiben (el crecimiento, la reproducción, la inflamación y la digestión por ej.)” (Saplosky)
La respuesta se dispara ante una amenaza real (factor físico del estrés) o ante la sensación de que se va a producir una amenaza (factor psicológico del estrés).
Esta es la concepción formulada por las teorías centradas en el estrés como una respuesta.
Otras teorías pusieron mayor relevancia en las características del estímulo, para ser considerado como estresor (como por ej. muerte ser querido, divorcio y otros sucesos vitales que afectan nuestra equilibrio emocional).
Hoy en día es más aceptado el enfoque interactivo (Lazarus y Folkman) que considera al estrés como una relación particular entre el individuo y el entorno que es evaluado por éste como amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en peligro su bienestar. Siendo la clave del modelo la evaluación cognitiva tanto del estímulo como de la respuesta.
Dicho sucintamente, el estrés constituye un conjunto de respuestas adaptativas que el organismo emite cuando algún factor del entorno rompe su homeostasis, hallándose el proceso en cuestión orientado justamente al reestablecimiento del equilibrio inicial.
El estrés compromete diversos niveles del funcionamiento orgánico. La reacción de estrés no es en sí misma patológica; muy por el contrario, se trata de un mecanismo natural mediante el cual el cuerpo dispone de recursos excepcionales para hacer frente a demandas más exigentes que las habituales. Luego, superado el trance, el organismo reestablece sus niveles basales, sin mayores consecuencias para la salud. Esto es lo que se conoce como el estrés adaptativo. Ahora bien, cuando el estrés se prolonga por largos periodos sí representa una amenaza seria para la salud y el bienestar del sujeto. Generando efectos nocivos en nuestro sistema nervioso, cardiovascular, inmunológico, digestivo, aumentando nuestra vulnerabilidad a padecer ansiedad y depresión.
Si bien los seres humanos modernos transitamos realidades complejas y cambiantes que nos demandan permanentes esfuerzos de adaptación, podemos modular el impacto de estas situaciones en nuestra salud. Nuestro estilo de vida puede ayudarnos a controlar y prevenir los efectos nocivos del estrés:
- Comer sano, de acuerdo con una dieta equilibrada. No saltear comidas ni comer en exceso.
- Evitar el alcohol, el tabaco y otras drogas. Tampoco abusar de sustancias estimulantes como la cafeína.
- Dormir unas ocho horas diarias.
- Hacer ejercicio físico de manera rutinaria dos o tres veces por semana; ello genera endorfinas y elimina el exceso de adrenalina.
- Evitar la sobrecarga de actividades, particularmente, no asumir compromisos ni involucrarse en objetivos difíciles de concretar.
- Realizar actividades recreativas que alivien nuestras jornadas laborales.
- Tratar de pensar en los problemas como situaciones a resolver, tomándolos más como desafíos que como amenazas. En este sentido, resulta especialmente valioso una filosofía de vida racional que acepte la vida como un trance con dificultades inherentes que podrán resolverse en mayor o menor medida, pero que no desaparecerán nunca.

1 comentario:

  1. Es interesante al leer estas indicaciones y relacionarlo con nuestras vidas. Todo es para reflexionar desde como comemos a buscar actividades para dispersar la mente y no trasladar lo laboral.

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